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LA POLICÍA DEBE SER UNA SOLUCIÓN

Queremos tantas policías como municipios haya porque responderán más rapidamente

Todos los expertos coinciden con el reclamo popular de que una policía comunal debe servir para: 1) identificar los problemas de la comunidad -en particular los delitos- y propiciar soluciones sostenibles a los mismos; 2) disminuir las formas de criminalidad más preocupantes y el sentimiento de inseguridad que suelen generar; 3) incrementar el nivel de satisfacción de la población ante la intervención policial; 4) favorecer la participación activa de la comunidad en la "producción" de seguridad; 5) facilitar la resolución de los conflictos por las vías del diálogo y la mediación (como dirían los wuayus, "que sean palabreros"); y 6) servir de órganos auxiliares del sistema judicial.
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    Los más afectados por la acción policial coinciden en señalar que la policía debe ayudar a la comunidad a vivir en paz; es decir, que debería ser una solución y no parte del problema. En ese sentido, la policía debería ser esperanza y confianza para la gente por la eficiencia del trabajo, la puesta en marcha de mecanismos de alerta temprana, la atención inmediata y el respeto a la ley y a los derechos humanos.

    Este enfoque de policía debe apuntar a la participación de la comunidad en: 1) la detección de los principales problemas; 2) el diseño de las normas de actuación y vigilancia de su cumplimiento; 3) el diseño de los planes de seguridad ciudadana; 4) el control de la gestión según los indicadores de evaluación del desempeño; 5) la producción de nuevos conocimientos en torno a la seguridad ciudadana y el control del delito; y 6) la intervención en actividades de carácter preventivo, jamás vinculadas con el "arbitraje del uso de la fuerza" porque ésta es una función indelegable del Estado que le queda vetado a la comunidad.

    Si queremos lograr esto, necesitamos reconfigurar un nuevo servicio policial. Por ello, apostamos a la creación de tantas policías como municipios haya, en esta nueva geometría del poder. Policías municipales que desde su nacimiento, se alineen con esta filosofía y amplíen su mandato tradicional, evitando limitarla a las clásicas funciones de control de la criminalidad y al mantenimiento del orden. Esa es sólo una de sus funciones.

    Algunos se preguntarán, ¿eso no genera más desgobierno en los cuerpos policiales? La respuesta es que este modelo no funciona sin una ley nacional de policía, que cree un sistema integrado de policía, impulse la profesionalización y haga énfasis en: a) los límites a la intervención de alcaldes, gobernadores y ministros en la profesión; b) la clara identificación del mandato policial; y c) la regulación de los asuntos vinculados con el sistema educativo, el régimen disciplinario, la previsión social, las normas de actuación, la carrera y los mecanismos de control interno y externo.

    La gente de los más amplios sectores de la vida nacional, especialmente los más afectados por la violencia policial, lo están reclamando: queremos tantas policías como municipios haya, según la nueva geometría del poder, porque la policía responderá más rápidamente a las exigencias comunitarias, tendrá menos burocracia y será más sencillo participar y ejercer la sagrada contraloría social. Soraya El Achkar


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